Auroville se encuentra en el sur de la India, a 150 kilómetros de Chennai, en Madras.
Fue inaugurada en 1968 por Mirra Alfassa, su creadora, más conocida como “Madre”, y la fundó para “dar un lugar con una vida comunitaria internacional, donde hombres y mujeres aprendan a vivir en paz, armonía, más allá de todas las creencias, opiniones políticas y nacionalidades”.
Sus habitantes son de más de 50 nacionalidades y culturas diferentes, y coexisten sin ningún problema, no tienen un sistema político, no tienen religión y no usan dinero.
En esta ciudad, los edificios están hechos en base a una arquitectura experimental y cambian constantemente. Esto se debe a que estas estructuras buscan optimizar el uso de energías renovables y su principal objetivo es la reutilización y el reciclaje.
Auroville está posicionada como modelo de eco-ciudad sostenible. Se sustenta por cultivos múltiples, que combinan árboles frutales, campos de maíz y huertos, organizados en 15 granjas que alcanzan un área de 160 hectáreas. Además, también es autosuficiente en leche y productos lácteos, y frutas de temporada.
Según palabras de Alfassa: “Debe haber un lugar en la Tierra que ninguna nación pueda reclamar como propio; donde todos los seres humanos de buena voluntad que tienen una aspiración sincera podrían vivir libremente como ciudadanos del mundo, obedeciendo a una sola autoridad, la de la verdad suprema.
Un lugar de paz, concordia y armonía donde todo el instinto de lucha en el hombre fue utilizado exclusivamente para vencer la causa de sus sufrimientos y miserias, superar sus debilidades e ignorancia y triunfar sobre sus limitaciones y discapacidades. Un lugar donde las necesidades del espíritu y el interés del progreso preceden sobre la satisfacción de los deseos y las pasiones o la búsqueda del placer y el disfrute material “, fue la idea de Alfassa.”
Esta ciudad recibe protección de la UNESCO, y es una clara indicación de cómo sería la vida para muchos de nosotros en el futuro.